Ante la ruptura de una relación de pareja es conveniente intentar resolver las diferencias que puedan surgir, intentando amortiguar tanto los costes emocionales como económicos de la separación o divorcio y evitar el daño que las rupturas difíciles y traumáticas ocasionan a los menores y a los propios progenitores.
La mediación familiar aparece como alternativa para gestionar los conflictos derivados de la ruptura; y tiene por objeto ayudar a las parejas en situaciones de separación o divorcio a elaborar un acuerdo duradero y mutuamente aceptable para la nueva reorganización familiar, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno de los miembros de la familia y, en especial, la de los hijos.
Es muy importe que en dichos momentos cada miembro de la pareja se asesore con un abogado especialista en derecho de familia para tomar las decisiones más adecuadas en relación a la familia, a él mismo y a su situación económica futura.